Toy Story (Trilogia)
Ya era bastante grande y no exagero, cuando todavia seguia jugando con muñecos. Mi juego era simple, unos pocos muñecos indistintos, en la que armaba historias que duraban horas y horas. Llegaba a un nivel de autismo muy alto, y nadie me sacaba del pequeño mundo que armaba ahí. Generalmente arriba de una cama, casi siempre en la de mis padres y en solitarios. Siempre me pregunto de dónde sacaba las historias que inventaba, esas invenciones sin límites de imaginación, seguramente de películas que por ese entonces veíamos en familia generalmente de acción (género de preferencia de mis padres), o simplemente de la propia vida, quien sabe. Había una gran creatividad por ese entonces, y una inocencia absoluta y hermosa en mi.
Siempre que vuelvo a ver Toy Story pienso en la genialidad que es, el cine de animación se vuelve irónicamente muy real y profundo. Y tiene la misma llegada o más que cualquier obra maestra del cine "real" por llamarlo de alguna manera. La animación es un gran fenómeno que crece a pasos agigantados y que empezó con esta gran pelicula. Toy Story es una trilogía, una saga, una aventura, que nos hace feliz y que nos pone a recordar lo felices que eramos de niños. Recordamos lo lúdico y originario que fue nuestra infancia, la inocencia perdida, las horas mágicas, lo creativo, lo que antecede a este mundo que de haber crecidos nos parece muy lejano ya. Les miento si les digo que no extraño eso, les miento si les digo que no me emocionan hasta las lágrimas estas películas, y que me llevan directo a ese momento tan magico, unico. Y que siempre... Siempre necesito volver a ver y rever, para comprender que crecí, pero que nunca deje de ser un niño jugando en la cama de mis padres con muñecos de plastico.
Cuando mire Toy Story 3, y a lo que parecía que ya nada le quedaba, creo que tuvieron la visión, sus creadores (y como toda trilogía) de darle un final, una conclusión, una salida a esta historia que ya desbordaba en aventura y emoción en sus dos primeras entregas. Y en ella, la última, nos dan en el blanco, nuestros amigos, en las películas, en la historia, nos dicen que crecimos y que la vida es asi, que lo mágico se pierde un poco. Pero que siempre recordemos esos momentos de niños y mantengamos muy vivo eso. Una vez yo tuve unos muñecos de plástico que me dijeron adiós, creo que cometí un error y yo nunca me despedí de ellos, claro, si son de plástico (?) pensaria uno. Ellos fueron todo para mi se los aseguro. En el final de Toy Story 3 siempre lloro y me emociono es inevitable, porque crecí, y recuerdo a mis muñecos, a mi infancia, a mis horas, a mi inocencia. Y lo recuerdo con gran alegría.
Y tambien les digo Gracias Chicos, como lo hace Andy.