Rosario, Santa Fe, eran más o menos las nueve de la noche cuando en una huida iniciática me despedí de mis padres en una esquina para ir al cine, solo. Esta es mi crónica.
Un viaje rápido, de dos día, una noche. Salimos temprano de mañana con la idea de hacer algunos trámites en la hermosa ciudad de Rosario, y también pasear un poco. Llegando la noche, cansados todos, después de un dia de mucho andar mis padres decidieron ir a comer y acostarse temprano, era en ese estado lo más lógico. Yo decidí, a pesar de mi cansancio, pasar unas horas conmigo mismo, capaz para pensar o simplemente estar solo e ir a la sala de cine, algo que en mucho tiempo no había hecho. Como decía, cruce la calle, y con una mano salude a mis padres como una despedida sencilla, camine una cuadra y mi cabeza ya había pensado mil cosas, algo muy melancólico me vino de pronto. Pensé rápidamente mientras caminaba que tenía un poco de hambre, por lo que comería algo y luego me iría hasta el cine, que quedaba en una galería de compras a no menos de 4 cuadras de mi punto de origen en ese momento. Llegue a la esquina, y vi una especie de pizzería sencilla, no dude y entre. Pregunte a una mosa en donde me podía sentar, y ridículamente le dije "buenas noche, lugar para UNO". Claro, enseguida me contestó muy amablemente y con gran acierto "donde quieras (?)". Había algunas pocas personas cenando, todos en su mundo, por lo que no me senti incomodo para nada. A veces hacerme invisible es algo que me gusta bastante y solo sucede en la ciudad. Rapidamente pedi una cerveza, y cuatro porciones de pizza, mozzarella especial. Comí, y apurando un poco solicite la cuenta, para finalmente ir al cine. Tenía por cierto una pizca de ansiedad.
En la cartelera había solo dos películas que me interesaban, una era un documental sobre ingmar bergman y su actriz fetiche liv ullmann. Muy prometedor. Y la otra la última de woody allen " un hombre irracional", las otras dos opciones me parecieron mediocres. La elección en el trayecto de mi cena y la sala de cine fue woody allen, pense con gran certeza: "woody nunca falla".
Entre a la galería, pregunte a un seguridad donde estaban las salas y me indico con el dedo "hacia arriba". Saque el ticket, y note la poca gente que circulaba, lo que despues comprobe cuando la vendedora me dijo que era el unico ticket que había vendido para esa función, y esa pelicula, hasta el momento. Faltaba más o menos 25 minutos para su comienzo. Di una vueltas para matar el tiempo, y entrar a la sala a horario.
Entre un minuto tarde, ya que generalmente las películas empiezan un poco después del horario indicado, y ya había empezado. Me rabie un poco por eso, enseguida dentro mire a los costados, y vi dos mujeres adultas sentadas bien atrás de todo, no había nadie más. Fui, con decisión, hacia el medio de la sala y me sente rapidamente. A los 40 segundos estaba inmerso en la historia del film.
Para un apasionado del cine como yo, la sala, es lo mejor del mundo. Tengo mil recuerdos de cuando estudiaba en la ciudad y frecuentaba muy seguido las salas, antes de irme de vuelta a mi pueblo en donde no hay. Y no tarde en decir para mis adentros cuánto extrañaba ese momento, ese ritual. Yo, la sala, la oscuridad, el cine. Es algo que realmente me da sentido, entre tanto y tanto.
Al finalizar la función, salí de la sala, de la galería de compras y comencé a caminar para ir hacia el hotel en donde nos hospedamos. Caminaba muy pensativamente, al igual que muy melancólico. Hay trayectos de la vida que muchas veces cuestan transitar y tal vez estaba en uno de ellos. Pensé, muy alegóricamente, que me había sentado sin dudar en el medio de la sala, solo. Y que eso era tal vez, el real significado del momento de mi vida en el que estaba. Sin ponerme demasiado intimista ya que es una simple crónica, a veces la vida tiene un significado singular, como las películas, las buenas películas. Y que yo, en este momento de mi vida estaba sentado, en el medio, solo, a oscuras y un poco cansado, en la sala de un cine siendo, o deseando, ser otro. Distrayendo mis horas lúcidas. Pero luego de reflexionar esto, pensé, al terminar esa función, uno, simplemente, se para y se va. Sigue su camino. Y todo eso era de pronto una lógica poderosa, como significativa.
Llegando al hotel, luego de pensar esta alegórica conclusión, sospeche que por bastante tiempo no iba a pisar una sala de cine, lo que concluí que por ahí, siguiendo con el singular significado, pararme y seguir despues de la funcion era algo, mas que un merito y una forma de dejar cosas atras. Y que la vida, capaz, a veces te pone en el medio, algo oscuro y solitario, pero al terminar esa funcion, uno sigue. Tiene que seguir.
De pronto me di cuenta que había sido todo un viaje de revelacion. Llegué al hotel, ingrese a mi habitación, mis padres ya dormían, tome un vaso con agua, apague las luces, y... sin mas... me acoste a dormir.