6 de febrero de 2021

La vida Util

 

Wheel of Time (2003)

Estos días estuve viendo una y otra vez un documental de Herzog que se llama “La rueda del tiempo”. Trata sobre un importante rito de iniciación en el budismo tibetano, llamada Kalachakra, que consiste en un conjunto de oraciones, enseñanzas y rituales que giran en torno a la creación de un mándala de arena de colores, que se destruye al final del rito. Pensaba en esta paradoja que plantea el director, esta de encontrar una respuesta a las cosas, o mejor dicho a la vida y a nuestros días. Que no se entienden del todo.

También me gusta pensar que todos podemos tener, a lo largo de nuestra vida, pequeños momentos de iluminación privada. No es necesario estar sentado debajo del árbol Bodhi para tenerla ni adquirir una instrucción espiritual adecuada. Esta iluminación viene de afuera hacia adentro. A veces cuando las cosas se ponen un poco cuesta arriba uno parece no encontrar las respuestas que quiere o necesita, y capaz tampoco hay que buscarlas. Sera que hay que perder un poco el rumbo y no preguntar tanto.

Una vez leí algo lindo de Philip Larkin <<Mi vida es tan simple como puedo. Trabajar todo el día. Cocinar, comer, lavar los platos, interactuar con mi teléfono, beber, películas por las noches. Casi nunca salgo. Supongo que casi todo el mundo procura ignorar el paso del tiempo: algunos hacen muchas cosas, están un año en Europa, y en Japón el año siguiente, y después esta lo que hago yo: hacer lo mismo exactamente todos los días y todos los años. Probablemente ninguna de las dos maneras sirva>>

Esto habla un poco de los deseos y la desesperanza de una gran parte de nuestra población que se pasa la vida repitiendo rituales cotidianos una y otra vez, sumado a esta distopía que nos trajo el Covid. Que nos tiene a todos medio sin entender nada como en una película de ciencia ficción. Todos mirando una pantalla, y siendo testigos de como la gente cree ser feliz. Y la felicidad es un deseo. Las redes sociales crearon el concepto de ser feliz a toda hora, como si fuera una obligación. Las cosas tienen otro sentido. Yo, como dijo Larkin y Herzog quiero lo simple y encontrar la iluminación privada.

El documental de Herzog termina con una celebración en una cede buda en Europa, con el Dalai Lama rompiendo el mándala de arena. Miles de fieles observando y meditando. Al terminar la cámara nunca se apaga y somos testigo del vacío, una alegoría de la espiritualidad que hoy esta en jaque mate como se dice en el ajedrez cuando la estas por quedar. La realidad adquirió otras formas y capaz hay que aceptar todo esto. Pienso que hay que ejercitar o hacer el trabajo de romper un poco lo cotidiano, como él mándala de arena.  Eso también habla de la iluminación y la aceptación, que creo es el único camino posible de transitar.

Tomemos ese camino. Yo voy.